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‘Odio trabajar, pero tengo que hacerlo’ – 3 maneras de empezar a que te vuelva a gustar el trabajo

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«Odio trabajar, pero tengo que hacerlo». ¿Cuántas veces le has dicho esto a otra persona o a ti mismo?

Si estás descontento con tu trabajo -o con tu vida laboral en general- cada día puede parecer un suplicio. Así que, ¿cómo salir del embotamiento? Descubre por qué el trabajo puede estar pasando factura a tu felicidad y qué puedes hacer para empezar a disfrutar de nuevo (o por primera vez).

El concepto de trabajo

El trabajo ha existido desde el principio de los tiempos, aunque su propósito, significado y contenido varía considerablemente de una cultura a otra.

Las personas pasan gran parte de su vida trabajando. En Estados Unidos, los empleados de hoy en día buscan algo más que un sueldo; también quieren sentirse satisfechos y felices en su vida laboral. No se trata sólo de ganarse la vida; se trata también de sentir pasión por el trabajo que hacen y de crear un significado en sus propias vidas y, a veces, en las de los demás.

Aunque el modelo estándar de trabajo en Estados Unidos es el de 9 a 5 (o más), el concepto y la naturaleza del trabajo están evolucionando para abarcar diferentes modelos. La economía gig, por ejemplo, ha hecho que en lugar de depender de un único trabajo a tiempo completo, muchos trabajadores busquen muchos vehículos diferentes y tengan numerosos empleos simultáneamente.

Por qué el concepto de trabajo no es atractivo para algunas personas

Para muchas personas, la idea del trabajo en sí no es tan problemática como algún aspecto del mismo. Por ejemplo, un trabajador puede odiar su trabajo actual o una responsabilidad concreta que tiene. La idea misma del trabajo puede no sentar bien a otros porque tienen una baja autoestima, creyendo que lo que logran o producen no tiene valor. Otros pueden carecer de motivación o ambición porque no creen en el mérito del trabajo que realizan o les preocupa asumir demasiadas responsabilidades.

Razones comunes por las que alguien puede odiar su trabajo

Una encuesta de Gallup descubrió que sólo el 30 por ciento de los trabajadores estadounidenses están «comprometidos» con su trabajo. La insatisfacción laboral puede pasar factura en otras áreas de la vida de las personas, incluida su salud mental. Las razones más comunes para odiar un trabajo incluyen:

– Burnout

El burnout es una sensación de agotamiento e infelicidad. Las personas que sufren de burnout generalmente se sienten incapaces de hacer frente a las exigencias del trabajo y de la vida. A menudo es el resultado de extenderse demasiado y lidiar con los factores de estrés en su carrera y en su vida.

– Pobre equilibrio entre el trabajo y la vida

La tecnología presenta una gran oportunidad pero también significa que la gente nunca puede estar realmente «fuera». Con el correo electrónico y el trabajo en sí tan fácilmente accesible a todas las horas del día, muchos trabajadores tienen trabajos que parecen estar 24/7.

– Salario

La insatisfacción con su salario es un factor enorme en las personas que no están contentas con sus trabajos. Después de todo, es difícil entusiasmarse con el trabajo si sientes que estás siendo compensado injustamente.

– Falta de oportunidades de progreso

Cuando se siente que se está atrapado en un trabajo sin salida, puede ser difícil reunir el entusiasmo por su trabajo. Algunas empresas ofrecen pocas oportunidades de promoción, y cuando sigues haciendo lo mismo todos los días sin un final aparente a la vista, puedes temer ir a trabajar.

3 pasos para que te vuelva a gustar el trabajo

Entonces, ¿qué puedes hacer para empezar a invertir de nuevo en tu trabajo y en tu carrera? Aquí tienes algunas ideas que te ayudarán a tomar las riendas de una situación difícil.

Identificar qué te gusta y qué no te gusta de tu trabajo

No digas inmediatamente «Nada» y «Todo» respectivamente. Debe haber algunas cosas que te gusten de tu trabajo, al igual que hay áreas que desearías que mejoraran. Empieza por hacer una lista de los aspectos de tu trabajo que te gustan, como la amistad con los compañeros o las bonitas ventajas. Intenta incluir al menos algunas tareas o responsabilidades en esta lista. Haz otra lista con las tareas que no te gustan.

Intenta hacer pequeños cambios en tus responsabilidades diarias, incorporando más de las tareas que sí te gustan. Incluso cuando tengas que completar proyectos o tareas que sean molestas o estresantes, recuérdate los beneficios de tu trabajo. Es posible que lo que acepte no dependa totalmente de usted, pero puede trabajar para centrarse en lo bueno y no en lo malo y recordarse a sí mismo que disfruta de algunos aspectos de su trabajo.

Reencuadre su trabajo.

En su estudio, «Crafting a Job: Revisioning Employees as Active Crafters of Their Work» (The Academy of Management Review, Vol. 26, No. 2), Amy Wrzesniewski y Jane E. Dutton descubrieron que las personas a las que les gusta su trabajo lo enmarcan de forma diferente en sus mentes a las que no les gusta. Una trabajadora de un hospital se recordaba a sí misma que estaba ayudando a la gente, por ejemplo.

Incluso puedes llegar a ponerte la etiqueta que quieras, al menos en tu cabeza. Esto le animará a recordar por qué eligió esta línea de trabajo en primer lugar y a esforzarse por cumplir sus propios objetivos en referencia a sus responsabilidades. Wrzesniewski y Dutton explican que el reencuadre no sólo cambia la forma de pensar sobre tu trabajo; también conduce a un mejor compromiso con él.

Piensa en tres cosas buenas que hayan ocurrido cada día.

Cuando llegues a casa, reflexiona sobre tu día y piensa en tres cosas positivas que hayan ocurrido. Tal vez completó un proyecto estresante o tuvo una conversación agradable con un compañero de trabajo. Tal vez hayas recibido algún comentario positivo de tu jefe. Incluso podría ser algo tan pequeño como conseguir un asiento en el tren.

Esta es una técnica de la terapia cognitivo-conductual (TCC) que puede permitirle apreciar los aspectos positivos de su trabajo y de su vida, incluso cuando otras partes se sienten abrumadoras.

3 alternativas al tradicional 9-5

Por supuesto, no todo el mundo ama el habitual trabajo de escritorio de 9 a 5. Pero, ¿qué puedes hacer en su lugar?

Freelance

Hay muchas habilidades y talentos que se prestan al freelance: escritura, fotografía, programación, música, desarrollo web y más. Si estás cansado del trabajo de 9 a 5, considera hacer de tu trabajo freelance un trabajo a tiempo completo. Pero ten en cuenta que puede ser un trabajo duro y que requiere compromiso y paciencia. Si no estás preparado para dejar tu trabajo a tiempo completo, considera la posibilidad de emprender una actividad secundaria para ver si te gusta. Esto también puede ayudarte a disfrutar más de tu trabajo ya que no tienes que dirigir toda tu atención a un trabajo que te disgusta.

Inicia tu propio negocio

¿Tienes ese espíritu emprendedor? Plantéate montar tu propio negocio. Poner en marcha tu gran idea requiere tiempo, energía y mucha, mucha red de contactos, pero al final puede ser gratificante y te permite dar al mundo una solución a un problema que has identificado.

Teletrabajo

Si buscas más flexibilidad y la posibilidad de trabajar desde la comodidad de tu casa, mira si puedes teletrabajar en lugar de ir a una oficina todos los días. Es posible que su empleador no le permita hacerlo siempre, pero quizás podría ser una opción ocasional. Este estilo de trabajo es cada vez más común, por lo que incluso puede encontrar un trabajo que le permita teletrabajar todo o la mayor parte del tiempo.

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