El periodo Antebellum en Virginia está marcado por importantes mejoras internas financiadas por la Junta de Obras Públicas de Virginia. La construcción a gran escala de ferrocarriles y autopistas superó el crecimiento del sistema fluvial, del que dependía en gran medida la prosperidad de Fredericksburg. A pesar de las mejoras en las carreteras y de la transición al ferrocarril como forma de transporte dominante, Fredericksburg se aferró a su visión de una serie de canales, esclusas y presas que mejorarían las rutas de transporte hacia y desde la ciudad. Sin embargo, fue difícil conseguir fondos, y hasta 1849 no se completó el primero de la serie de canales. Para entonces, el canal había quedado obsoleto por el ferrocarril. La ciudad quedó circunvalada en la línea de ferrocarril que iba de Washington, D.C., a Richmond, lo que redujo considerablemente el número de habitantes, a Richmond, lo que redujo gravemente la prosperidad de los comerciantes de la zona (Armstrong 1974; Littlefield 1999).
Vista de Fredericksburg de 1854 desde Ferry Farm
A pesar del declive de la prosperidad comercial, el crecimiento de los molinos de harina y de los asadores seguía siendo vital en Fredericksburg. Una serie de grandes molinos comerciales, uno de los cuales obtuvo reconocimiento internacional, surgieron a lo largo del canal y de las vías de circulación del canal que se construyeron alrededor del perímetro de Fredericksburg. Aunque la esclavitud estaba en su apogeo en Virginia durante este periodo, varios negros libres se asentaron en los barrios de Fredericksburg y trabajaron en los muelles y en los almacenes y molinos (FATD 2002). La prosperidad de los molinos, el asentamiento de negros libres y la especulación sobre el aumento del comercio gracias a la mejora del sistema de canales estimularon el crecimiento de la ciudad, que alcanzó una población de 5.000 habitantes en 1860 (Goolrick 1922).