Después de la muerte accidental de su madre Renee, Jeff Matthews, de 13 años, y su padre veterinario, Chase, se trasladan a Ludlow, Maine, el pueblo natal de su madre. Allí conocen al beligerante sheriff del pueblo, Gus Gilbert, y a su hijastro, Drew, de quien Gus abusa sin descanso. Jeff también atrae la ira del matón local Clyde Parker, que le cuenta la historia de la familia Creed y la leyenda del cementerio Miꞌkmaq.
Una noche, Gus dispara y mata a Zowie, el querido perro de Drew, después de que éste le moleste durante el sexo. Drew le pide a Jeff que le ayude a enterrar al perro en el cementerio Miꞌkmaq para ver si son ciertos los rumores de que puede resucitar a los muertos. Zowie, efectivamente, vuelve de entre los muertos, pero se muestra inusualmente feroz. Chase trata a Zowie de su herida de bala, que se niega a curarse; más extraño aún es el hecho de que Zowie no tenga latido. Chase envía una muestra de sangre de Zowie a un laboratorio. Resulta que las células de Zowie se han deteriorado por completo y no se diferencian de las de un canino muerto.
Jeff y Drew van al cementerio de mascotas en Halloween para pasar una noche de historias de terror con los chicos del lugar. Cuando Gus se entera de que la madre de Drew le ha permitido ir a pesar de estar castigado, se precipita al cementerio y rompe la fiesta. Ataca a su hijastro, pero justo cuando está a punto de golpearlo con una lápida, aparece Zowie. El perro mata a Gus, al que los chicos entierran en el cementerio indio. Gus vuelve a la vida; ahora se mueve con rigidez y apenas habla, pero trata mejor a Drew. Con el tiempo, Gus se vuelve cada vez más grosero y sádico, agrediendo sexualmente a la madre de Drew y despellejando brutalmente a los conejos de la mascota para la cena.
Zowie se escapa de la clínica veterinaria y mata a tres gatos antes de entrar en la casa de Chase y atacarle. Un día después, Jeff se encuentra con Clyde, que está a punto de cortar la nariz de Jeff utilizando los radios de la rueda de su propia bicicleta cuando aparece Gus. Envía a Jeff a su casa y luego asesina a Clyde mientras Drew mira. Gus entonces persigue a Drew hasta su casa, donde el chico está atrapado con el salvaje Zowie. Escapa por una ventana justo cuando su madre llega a casa en su coche, y los dos se dan a la fuga. Gus los persigue a gran velocidad en su coche de policía, y finalmente los mata a los dos al embestir su coche contra un camión de patatas que se aproxima. Gus regresa entonces al cuerpo de Clyde y lo mete en una bolsa para cadáveres, con la intención de llevarlo también al cementerio.
Después del funeral de Drew, Jeff decide reanimar a su madre utilizando el poder del cementerio indio. Gus exhuma su cadáver y se lo lleva a Jeff al cementerio. Cuando Chase se entera de que la tumba de su esposa ha sido robada, corre a la casa de los Gilbert. Allí, es atacado por Zowie y Gus, y les dispara y mata a ambos.
Al volver a la vida, Renee apuñala y mata a Marjorie Hargrove, el ama de llaves de los Matthews. Jeff se enfrenta a su madre no muerta en el ático y se abrazan. Chase llega a la casa e insta a Jeff a alejarse de Renee, quien dice que quiere pasar tiempo de calidad con su marido. Un Clyde no muerto llega y, después de noquear a Chase, intenta matar a Jeff, primero con un hacha y luego con un patín de hielo. Renee encierra a Chase y a los dos chicos en el ático, al que luego prende fuego.
Jeff mata a Clyde con un cable vivo cortado y luego rompe la puerta del ático para escapar. Al no dejar que tanto Jeff como Chase se vayan, Renee dice que ella y los tres quieren solucionar las cosas. Renee quiere que Jeff se quede y se una a ella en la muerte, diciendo que lo ama. Pero Jeff arrastra a su padre fuera de la casa mientras Renee es destruida por las llamas mientras grita «¡Muerto es mejor!». En la escena final, un recuperado Chase cierra su clínica veterinaria antes de que él y su hijo dejen atrás Ludlow.