Bueno, en cierto sentido sí que vuelan, sólo que por el agua, no por el aire. Los pingüinos tienen fuertes alas y fuertes músculos pectorales para impulsarlas. Sus cuerpos son aerodinámicos, como si estuvieran volando, por lo que atraviesan limpiamente el agua. Pero el agua es mucho más espesa que el aire, por lo que sus alas son más cortas y rígidas que las de un ave normal. De hecho, los pingüinos son las únicas aves que no pueden plegar las alas. Los huesos de sus alas están fusionados de forma recta, lo que hace que el ala sea rígida y potente, como una aleta.
Por la misma razón, los pingüinos no se preocupan tanto por ser ligeros como las aves que vuelan por el aire. Para sumergirse en las profundidades, atrapar presas que nadan rápidamente y sobrevivir a temperaturas gélidas, sus cuerpos tienen enormes reservas de grasa, músculos pesados y plumas densamente empaquetadas. Es imposible que puedan volar con unas alas tan cortas y un cuerpo tan pesado.
Los pingüinos son un interesante ejemplo de especialización frente a compromiso. Al renunciar al vuelo, han tenido la libertad de desarrollar cuerpos que se desempeñan magníficamente bajo el agua. Los múridos y araos del Ártico, de aspecto similar, aún pueden volar, aunque no tan bien como otras aves; y también pueden nadar, aunque no tan bien como los pingüinos.