Por qué las señales mixtas te vuelven loco – y cómo manejarlas
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La psicología detrás de la técnica más antigua en las citas y tu guía sobre cómo lidiar con ella
Manj Bahra
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18 abr, 2020 – 9 min read
Aunque el comportamiento frío y caliente es una de las tácticas más antiguas de las citas, sigue siendo una de las más efectivas. Cuando alguien nos da señales contradictorias, puede llevarnos a niveles de análisis obsesivo-compulsivo que dejan a todos nuestros amigos encogidos y preocupados por nuestra cordura.
Todos hemos experimentado este fenómeno en juego cuando perseguimos a alguien que nos gusta. Al principio, todo es dichoso, tienes su atención y los signos de atracción son claros: estás eufórico y bañado en euforia. Pero al día siguiente, las cosas empeoran. Tal vez pasen de largo sin reconocerte, o tal vez te encuentres esperando ansiosamente un mensaje que nunca llega.
De repente, las voces comienzan en tu cabeza. ¿Por qué se han enfriado? Ha sido por algo que he dicho? Antes de que te des cuenta, una tensión psicológica se acumula y empieza a envolver tu mente. Te sientes cada vez más angustiado y confundido por su comportamiento, y pasas horas analizándolo en tu cabeza. Relees las conversaciones en busca de una pista y piensas en tu último encuentro para encontrar lo que se te escapó. En última instancia, sabes que es una tontería, pero por alguna razón, no puedes dejar de pensar en ellos hasta obtener las respuestas que necesitas.
No estás loco, ni eres débil. Lo que estás experimentando es un efecto psicológico llamado Disonancia Cognitiva, y nos afecta a todos. Es tan potente que incluso funciona cuando no nos sentimos necesariamente atraídos por alguien. Piensa en una ocasión en la que alguien que te gustaba empezó a alejarse. Lo más probable es que, a pesar de no estar interesado, no hayas podido evitar preguntarte qué estaba pasando. Es confuso e incluso puede engañarnos haciéndonos creer que esa persona nos gusta más de lo que nos gusta.
Por suerte, si quieres entender cómo funciona este fenómeno psicológico, te tengo cubierto. Al final de este post, te darás cuenta de por qué las señales mixtas te vuelven loco, los errores cardinales que debes evitar y exactamente cómo combatirlo. Sigue leyendo y exploremos el funcionamiento de tu mente interior.
Disonancia cognitiva – El poder detrás de las señales mixtas
La disonancia cognitiva es el malestar psicológico que experimenta una persona que mantiene dos o más creencias contradictorias, ideas o valores contradictorios simultáneamente. El malestar se caracteriza por una tensión mental persistente: una sensación de impotencia y agitación.
Cuando está presente, esta Disonancia hace que sea extremadamente difícil centrarse en otra cosa que no sea la causa de la tensión y encontrar una manera de reducirla. Hasta que no podamos resolver las creencias conflictivas, seguiremos increíblemente agitados y casi obsesionados por averiguar la verdad.
En el contexto de las citas, experimentamos la Disonancia cuando intentamos reconciliar las señales mixtas: el comportamiento que indica que le gustamos a una persona frente al comportamiento que no le gusta.
Desglosémoslo con un escenario sencillo.
Conoces a una persona en el trabajo e inmediatamente congenias: hay una conexión instantánea. Tienes muchas cosas en común y disfrutas enormemente de su compañía. Te sonríe, mantiene el contacto visual e incluso insinúa que quiere tomar algo en algún momento. Todos los indicios apuntan a que a esta persona le gustas y le interesas.
Empiezas a ver a esa persona por la oficina, todavía como amigos. Empezáis a tener conversaciones de WhatsApp, a intercambiar memes y a hacer planes para esa copa la semana que viene.
De repente esa persona empieza a retraerse. Las interacciones en persona se acortan, y parecen no tener interés en hablar. Los mensajes de texto son menos frecuentes, y te quedas en un estado de limbo sobre esa copa que esperabas conseguir. La incertidumbre ha entrado en la ecuación: no sabes a qué atenerte.
En este momento, tienes dos comportamientos y creencias en conflicto, y es probable que empieces a dedicar tiempo a pensar en la situación. Ahora tienes tres opciones para resolver la tensión psicológica:
Cambiar tu creencia – decidir que no le gustas y pasar a otra cosa
Obtener nueva información – adquirir algún conocimiento que te incline en una dirección
Reducir la importancia del escenario – no importa porque tengo otras cosas que hacer
En las citas, tu elección más natural es la opción dos, es lo que harás instintivamente. Siempre queremos creer que le gustamos a una persona, por lo que nos inclinamos a buscar pruebas que lo confirmen. Desgraciadamente, este enfoque sólo nos vuelve locos y puede provocar fácilmente enamoramientos y apegos obsesivos.
El problema comienza con la forma en que buscamos más información. En las citas, es poco probable que te enfrentes a la persona porque eso parece necesitado y mata la atracción. En cambio, es probable que empieces a analizar obsesivamente la situación en tu cabeza. Pasas más tiempo pensando en esa persona y en todas tus interacciones con ella: cómo te miró, cuál fue su lenguaje corporal, qué dijo. Etc.
Como he escrito antes, esto es peligroso. Cuanto más tiempo pasamos pensando en una persona, más nos involucramos en ella. Lo que sucede después es que empiezas a leer en cosas que no significan nada. Empiezas a aburrir a tus amigos con las mismas conversaciones y, antes de que te des cuenta, estás mencionando a esa persona en cada oportunidad.
El resultado es simple: te metes en un bucle violento de disección constante de todos tus encuentros y proyectas lo que quieres que sea verdad en todos ellos. Empiezas a confundir una sonrisa genuina con una señal de atracción. Empiezas a buscar en Google «Señales de que le gustas» o «Qué significa que ella roce su mano contra ti.»