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Principios Básicos de RIE®

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Somos una red de profesionales de la infancia que se dedican con pasión a capacitar a los padres y a los profesionales del cuidado para que proporcionen los comienzos seguros y respetuosos que los niños necesitan para una vida sana.

Lo hacemos enseñando el Enfoque Educaring™ de Magda Gerber, que afirma que el cuidado educa a los niños sobre sí mismos, y que en los años del lactante y el niño pequeño, el cuidado es el plan de estudios.

Los padres y los profesionales descubren que el Enfoque Educaring™ les permite centrarse en lo que más importa: la conexión entre ellos mismos y el bebé a su cargo. Al sintonizar con su bebé, aprenden a confiar en él y en sí mismos.

De Dear Parent por Magda Gerber

La base del Enfoque Educaring®: RESPETO

El respeto es la base del Enfoque Educaring®.

No sólo respetamos a los bebés, sino que demostramos nuestro respeto cada vez que interactuamos con ellos. Respetar a un niño significa tratar incluso al bebé más pequeño como un ser humano único, no como un objeto.

Nuestra meta: un niño auténtico

Un niño auténtico es aquel que se siente seguro, autónomo, competente y conectado.

Cuando ayudamos a un niño a sentirse seguro, a sentirse apreciado, a sentir que «alguien está profunda y verdaderamente interesado en mí», con sólo la forma en que miramos, con sólo la forma en que escuchamos, influimos en toda la personalidad de ese niño, en su forma de ver la vida.

Confianza en la competencia del bebé

Tenemos una confianza básica en que el bebé es un iniciador, un explorador deseoso de aprender aquello para lo que está preparado.

Debido a esta confianza, proporcionamos al bebé sólo la ayuda necesaria para que pueda disfrutar del dominio de sus propias acciones.

Observación sensible

Nuestro método, guiado por el respeto a la competencia del bebé, es la observación. Observamos con atención para entender las comunicaciones del bebé y sus necesidades.

Cuanto más observamos, más entendemos y apreciamos la enorme cantidad y velocidad de aprendizaje que se produce durante los dos o tres primeros años de vida. Nos volvemos más humildes, enseñamos menos y, en cambio, proporcionamos un entorno para el aprendizaje.

Tiempos de cuidado: Involucrar al niño

Durante las actividades de cuidado (cambio de pañales, alimentación, baño, vestido, etc.), animamos incluso al bebé más pequeño a convertirse en un participante activo en lugar de un receptor pasivo de las actividades. Los padres crean oportunidades para la interacción, la cooperación, la intimidad y el disfrute mutuo al estar de todo corazón con el bebé durante el tiempo que pasan juntos de todas formas.

«Repostados» por estas experiencias de cuidado sin prisas y placenteras, los bebés están listos para explorar su entorno con sólo una mínima intervención de los adultos.

Un entorno seguro, desafiante y predecible

Nuestro papel es crear un entorno en el que el niño pueda hacer lo mejor posible todas las cosas que haría de forma natural. Cuanto más predecible sea un entorno, más fácil será para los bebés aprender.

A medida que los bebés se vuelven más móviles, necesitan un espacio seguro y apropiado en el que moverse. Su deseo natural e innato de moverse no debe verse obstaculizado por el entorno.

Tiempo para el juego ininterrumpido y libertad para explorar

Damos al bebé mucho tiempo para el juego ininterrumpido. En lugar de intentar enseñar a los bebés nuevas habilidades, apreciamos y admiramos lo que los bebés están haciendo realmente.

Consistencia

Establecimos límites claramente definidos y comunicamos nuestras expectativas para desarrollar la autodisciplina.

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