Pregunta: «¿Qué es la predicación expositiva?»
Respuesta: La predicación expositiva implica la exposición, o explicación completa, de la Escritura; es decir, la predicación expositiva presenta el significado y la intención de un texto bíblico, proporcionando comentarios y ejemplos para hacer el pasaje claro y comprensible. La palabra exposición está relacionada con la palabra exponer: el objetivo del predicador expositivo es simplemente exponer el significado de la Biblia, versículo por versículo.
Como método, la predicación expositiva difiere de la predicación tópica y de la predicación textual. Para preparar un sermón tópico, el predicador comienza con un tema y luego encuentra un pasaje en la Biblia que aborde ese tema. Por ejemplo, para el tema elegido de «La pereza», el predicador podría referirse a Proverbios 15:19 y 18:9 y tocar Romanos 12:11 y 2 Tesalonicenses 3:10. Ninguno de los pasajes se estudia en profundidad; en cambio, cada uno se utiliza para apoyar el tema de la pereza.
En un sermón textual, el predicador utiliza un texto como trampolín para discutir un punto en particular. Por ejemplo, alguien podría usar Isaías 66:7-13 para predicar sobre la maternidad, aunque la maternidad es sólo periférica en ese texto, siendo meramente una ilustración del verdadero tema, que es la restauración de Israel durante el Reino Milenario.
En ambos sermones, tópico y textual, el pasaje bíblico se usa como material de apoyo para el tema. En los sermones expositivos, el pasaje bíblico es el tema, y los materiales de apoyo se utilizan para explicarlo y aclararlo.
Para preparar un sermón expositivo, el predicador comienza con un pasaje de la Escritura y luego estudia la gramática, el contexto y el entorno histórico de ese pasaje para entender la intención del autor. En otras palabras, el expositor es también un exegeta, alguien que analiza el texto cuidadosa y objetivamente. Una vez que el predicador entiende el significado del pasaje, elabora un sermón para explicarlo y aplicarlo. El resultado es la predicación expositiva.
G. Campbell Morgan, pastor de la Capilla Westminster de Londres y conocido como «el príncipe de los expositores», enseñó que un sermón está limitado por el texto que está cubriendo. Cada palabra desde el púlpito debe ampliar, elaborar o ilustrar el texto en cuestión, con miras a la claridad. Escribió: «El sermón es el texto repetido más plenamente». La función principal de un sermón es presentar el texto.
Si bien la exposición no es el único modo válido de predicación, es el mejor para enseñar el sentido llano de la Biblia. Los expositores suelen acercarse a las Escrituras con estas premisas:
1) La Biblia es la Palabra de Dios. Si toda palabra de Dios es pura y verdadera (Salmo 12:6; 19:9; 119:140), entonces toda palabra merece ser examinada y entendida.
2) Los hombres necesitan la sabiduría divina para entender la Palabra (1 Corintios 2:12-16).
3) El predicador está sujeto al texto, no al revés. La Escritura es la autoridad, y su mensaje debe ser presentado con honestidad, al margen de prejuicios personales.
4) El trabajo del predicador es aclarar el texto y solicitar la correspondiente respuesta de sus oyentes.
A un expositor le importa poco si su audiencia dice: «Qué gran sermón» o «Qué orador tan entretenido». Lo que realmente quiere que digan es: «Ahora sé lo que significa ese pasaje», o «entiendo mejor quién es Dios y lo que requiere de mí».