Los «extremófilos» son organismos con la capacidad de prosperar en ambientes extremos como los respiraderos hidrotermales.
Como viven en «ambientes extremos» (bajo alta presión y temperatura), pueden indicarnos bajo qué rango de condiciones es posible la vida.
Las singulares enzimas que utilizan estos organismos, denominadas «extremozimas», les permiten funcionar en entornos tan prohibidos. Estas criaturas son muy prometedoras para los medicamentos de base genética y los productos químicos y procesos industriales.
Es importante señalar que estos organismos son «extremos» sólo desde la perspectiva humana. Mientras que el oxígeno, por ejemplo, es una necesidad para la vida tal y como la conocemos, algunos organismos florecen en entornos sin nada de oxígeno.