Las discapacidades intelectuales y del desarrollo (DID) son trastornos que suelen estar presentes desde el nacimiento y que afectan negativamente a la trayectoria del desarrollo físico, intelectual y/o emocional del individuo. Muchas de estas condiciones afectan a múltiples partes del cuerpo o sistemas. En 2016, 7,37 millones de personas en Estados Unidos tenían discapacidad intelectual o del desarrollo. La discapacidad intelectual comienza en cualquier momento antes de que un niño cumpla los 18 años y se caracteriza por problemas tanto en el funcionamiento intelectual o la inteligencia -que incluye la capacidad de aprender, razonar, resolver problemas y otras habilidades- como en el comportamiento adaptativo, que incluye las habilidades sociales y vitales cotidianas.
El término «discapacidades del desarrollo» es una categoría más amplia de discapacidades, a menudo de por vida, que pueden ser intelectuales, físicas o ambas. «IDD» es el término que se utiliza a menudo para describir situaciones en las que están presentes la discapacidad intelectual y otras discapacidades. Algunos ejemplos de discapacidades del desarrollo son el autismo, los trastornos de conducta, las lesiones cerebrales, la parálisis cerebral, el síndrome de Down, el síndrome de alcoholismo fetal, la discapacidad intelectual y la espina bífida.
Para más información, véase la Ley de Asistencia a las Discapacidades del Desarrollo y Declaración de Derechos de 2000.