Los fans de Peaky Blinders conocieron anoche al último villano del drama de gángsters – una versión ficticia del líder fascista británico Sir Oswald Mosley. Era el que tenía un gran bigote, el que apartó al jefe de la mafia convertido en diputado Tommy Shelby y le dijo, siniestramente, «has llamado mi atención»
Me puso los pelos de punta. Adrien Brody era bastante amenazante como el malo de la última serie. Pero este tipo…
También asustó a mucha gente en la vida real.
Durante los años 30, Mosley lideró el movimiento fascista británico, virulentamente antisemita, cuyos combatientes callejeros -conocidos como camisas negras- eran famosos por su violencia contra los judíos y los opositores de izquierdas. Se llevaba bien con Mussolini. Y Hitler fue invitado de honor en su segunda boda.
Oh, y esa boda tuvo lugar en la casa del ministro de Propaganda nazi Joseph Goebbels.
Y yo que pensaba que los gánsteres de Brummie con navajas eran aterradores.
Las autoridades británicas consideraban definitivamente a Mosley una amenaza. Durante la Segunda Guerra Mundial fue internado como sospechoso de simpatizar con el enemigo. En aquella época se asumía que, si los nazis hubieran invadido con éxito el Reino Unido, habría sido instalado como jefe de un régimen títere proalemán.