Rudolph Valentino, de nombre Rodolfo Alfonso Raffaello Pierre Filibert Guglielmi di Valentina d’Antonguolla, Alfonso también deletreado Alfonzo, Raffaello también deletreado Raffaelo, Pierre también deletreado Pietro, y Filibert también deletreado Filiberto, (nacido el 6 de mayo de 1895, Castellaneta, Italia-muerto el 23 de agosto de 1926, Nueva York, Nueva York, EE.UU), actor estadounidense de origen italiano que fue idolatrado como el «Gran Amante» de los años 20.
Cuando Guglielmi tenía 11 años, su padre, veterinario, murió de malaria. Tras ser rechazado para el servicio militar, al parecer por ser demasiado frágil, estudió ciencias agrícolas. En 1913, Guglielmi emigró a Estados Unidos y se instaló en Nueva York, donde trabajó como jardinero y como lavaplatos. Al año siguiente hizo sus primeras películas, apareciendo en papeles no acreditados. Por aquel entonces fue contratado por el club nocturno Maxim’s para que sirviera de pareja de baile a las clientas, y este trabajo le permitió conocer a la alta sociedad. Al parecer, fue contratado por Blanca de Saulles, una heredera chilena, para trabajar como jardinero, y testificó en su juicio de divorcio, alegando que su marido, John de Saulles, había cometido adulterio. Más tarde, Juan hizo arrestar a Guglielmi por dudosos cargos de «vicio», y en 1917 Blanca mató a su marido. Preocupado por verse envuelto en el consiguiente escándalo, Guglielmi abandonó la ciudad de Nueva York con una compañía musical.
En 1918 Guglielmi se instaló en Los Ángeles, donde se centró en la actuación y acabó eligiendo el nombre artístico de Rudolph Valentino. Al año siguiente se casó con la actriz Jean Acker, que al parecer era gay, y la infeliz pareja se divorció en 1922. Su vida profesional, sin embargo, tuvo más éxito. Después de interpretar varios papeles pequeños, le dieron el papel de Julio en Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1921). El drama bélico se hizo conocido por una escena de tango en la que aparecían Valentino y Beatrice Domínguez, y le convirtió en una estrella, cuya popularidad fue gestionada por hábiles agentes de prensa de Hollywood. Valentino apareció entonces en una serie de dramas románticos, especialmente en El jeque (1921), Sangre y arena (1922) y El águila (1925).
De una colección privada
Por cortesía de Metro-Goldwyn-Mayer Inc, © 1921; fotografía, del Museum of Modern Art Film Stills Archive
De una colección privada
(De izquierda a derecha) Dorothy Dalton, Rudolph Valentino y Walter Long en Moran of the Lady Letty (1922), dirigida por George Melford.
De una colección privada
De una colección privada
Muchos de estos filmes se caracterizaron por su extravagante vestuario y su intenso maquillaje, y todos ellos resaltaron el exótico -aunque a veces sexualmente ambiguo- aspecto de Valentino. Sin embargo, sus detractores -la mayoría de los cuales eran hombres- cuestionaron su masculinidad, y un columnista afirmó que Valentino era responsable de la «degeneración hacia el afeminamiento» de Estados Unidos. Aunque estos comentarios enfadaron al actor, apenas tuvieron impacto en su popularidad. De hecho, su fama era tal que un escándalo de bigamia -se casó (1922) con la escenógrafa y figurinista Natasha (también deletreada Natacha) Rambova antes de que finalizara su divorcio con Acker- sólo pareció mejorar su imagen romántica. El matrimonio de Valentino con Rambova fue anulado, y se casaron de nuevo en 1923. Sin embargo, la unión fue tumultuosa. Rambova fue acusada de ser controladora, y se la culpó en gran medida de la aparición de Valentino en varias películas mal recibidas, en particular Monsieur Beaucaire y A Sainted Devil (ambas de 1924). Finalmente se le prohibió la entrada en sus platós y se divorciaron en 1925. Al año siguiente protagonizó la que fue sin duda su película más popular, El hijo del jeque, recibiendo especiales elogios por su interpretación. Fue la última película de Valentino y consolidó su estatus de galán legendario.
© 1926 United Artists Corporation
Poco después del estreno de El hijo del jeque, Valentino, de 31 años, murió repentinamente de peritonitis tras sufrir la rotura de una úlcera. Su muerte provocó la histeria mundial, varios suicidios y disturbios en su entierro, que atrajo a una multitud que se extendía por 11 manzanas. Se dice que más de 80.000 fans asistieron a su funeral. Cada año después de su muerte, una misteriosa «Mujer de Negro», a veces varias «Mujeres de Negro», aparecía en su tumba.