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Síntomas de la apifobia, el miedo a las abejas

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La apifobia, el miedo a las abejas, es una de las fobias más comunes. Su mero sonido de aleteo e incluso tener una de ellas en la misma habitación puede desencadenar una serie de síntomas fuertemente desagradables.

A pesar de que las abejas son bastante útiles para el ser humano y fundamentales en el ciclo de la naturaleza, desencadenan el pánico en muchísimas personas. Los estudios indican que aproximadamente el tres por ciento de la población padece esta fobia. Continúa leyendo para saber más sobre los síntomas, las causas y las consecuencias de la apifobia

Una abeja voladora.

¿Cómo se manifiesta el miedo a las abejas?

La apifobia también se conoce como melisofobia. Se manifiesta cuando una persona entra en pánico ante un estímulo: avispas, abejas o abejorros.

Además del miedo, la persona también siente malestar y ansiedad. Así, los síntomas fisiológicos más comunes son el mareo y el vértigo. También puede haber un aumento de la frecuencia del ritmo cardíaco, hiperventilación o dificultad para respirar, náuseas, temblores, dolor de cabeza y sensación de desvanecimiento.

Del mismo modo, los síntomas cognitivos pueden afectar incluso a la función mental de la persona. Una persona con apifobia puede mostrar falta de concentración, pensamientos intrusivos sobre la posibilidad de que haya más abejas, pensamientos de muerte y pensamientos distorsionados sobre la situación.

Por último, como en la mayoría de los trastornos de ansiedad, se presentan principalmente dos síntomas conductuales: la evitación y la huida. Este tipo de conductas son completamente naturales ante una situación de amenaza. Así, una persona con esta fobia hará todo lo posible para intentar evitar a las abejas. Simplemente, huirán a la primera que vean una si esto no es posible.

¿La causa de este miedo?

Hay que tener en cuenta dos posibles causas cuando se habla de fobias. Por un lado, la persona podría haber experimentado ya una interacción traumática con uno de estos animales. Es habitual que las avispas piquen, y sus picaduras son dolorosas. Esta es definitivamente una experiencia que a nadie le gusta experimentar.

De hecho, la apifobia es un miedo menos irracional que muchas otras fobias a los animales. Es cierto que las picaduras pueden suponer un riesgo para la salud. Sin embargo, la gravedad de un ataque de avispa viene determinada por si la persona es alérgica o no. También, si se producen muchas picaduras simultáneamente.

Además, las fobias también se producen por aprendizaje vicario. Es decir, si alguien cercano sufre esta probia, es probable que te la haya transmitido. Quizá hayas aprendido que debes evitar y reaccionar negativamente ante la presencia de estos insectos. Además, es posible que hayan reforzado tu miedo alertándote constantemente de los peligros de estos insectos.

Consecuencias del miedo a las abejas

Generalmente, las fobias a los animales suelen aparecer durante la infancia. Suelen desaparecer con los años. Sin embargo, si el miedo no desaparece, solo persistirá, aumentará y repercutirá negativamente en la vida diaria de la persona.

En este sentido, es necesario destacar la diferencia entre tener miedo a las abejas y tener una fobia. Esto se debe a que esta última es un trastorno de ansiedad. Una fobia es un miedo que limita la vida de una persona. Por ejemplo, puede determinar que se compren una casa o incluso que vayan a un parque. Además, dejarán de ir a ciertos lugares, aunque les gusten mucho, solo para evitar a estos insectos voladores.

Como puedes ver, los síntomas de la apifobia van de leves a graves, dependiendo de cómo afecten a la vida de la persona. No obstante, es un trastorno de ansiedad que debe ser tratado.

Muchas abejas volando.

Tratamientos para la apifobia

La terapia cognitivo-conductual es el tratamiento más eficaz para las fobias. En concreto, los terapeutas suelen aplicar tres estrategias de intervención: la relajación, la modificación de los pensamientos fóbicos e irracionales y la desensibilización sistemática.

La exposición a los estímulos debe ser gradual, ya sea a través de esta última técnica o de otra estrategia. Por ejemplo, se empezará a trabajar con imágenes y se acercará progresivamente a la persona al estímulo real hasta que sea capaz de estar cerca de él sin experimentar una ansiedad extrema.

En definitiva, el miedo irracional a las abejas es una fobia que requiere ayuda psicológica especializada. Esta es la mejor manera de mejorar la calidad de vida y realizar actividades que uno no hubiera podido hacer de otra manera.

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