Imagen: San Beda | Bartolomé Román
Santo del día para el 25 de mayo
(c. 672 – 25 de mayo de 735)
La historia de San Beda el Venerable
Bede es uno de los pocos santos honrados como tal incluso en vida. Sus escritos estaban llenos de tal fe y aprendizaje que incluso cuando aún vivía, un concilio de la Iglesia ordenó que se leyeran públicamente en las iglesias.
A una edad temprana, Bede fue confiado al cuidado del abad del Monasterio de San Pablo, Jarrow. La feliz combinación entre el genio y la instrucción de monjes eruditos y santos, produjo un santo y un extraordinario erudito, quizás el más destacado de su época. Estaba profundamente versado en todas las ciencias de su tiempo: la filosofía natural, los principios filosóficos de Aristóteles, la astronomía, la aritmética, la gramática, la historia eclesiástica, las vidas de los santos y, sobre todo, las Sagradas Escrituras.
Desde su ordenación sacerdotal a los 30 años -había sido ordenado diácono a los 19- hasta su muerte, Bede estuvo siempre ocupado en aprender, escribir y enseñar. Además de los muchos libros que copió, compuso 45 propios, incluyendo 30 comentarios sobre libros de la Biblia.
Su Historia Eclesiástica del Pueblo Inglés se considera comúnmente como de importancia decisiva en el arte y la ciencia de escribir historia. En el momento de la muerte de Bede se estaba acabando una época única: Había cumplido su propósito de preparar a la cristiandad occidental para asimilar el norte bárbaro no romano. Bede reconoció la apertura a un nuevo día en la vida de la Iglesia incluso mientras ocurría.
Aunque era buscado con avidez por reyes y otros notables, incluso por el papa Sergio, Bede logró permanecer en su propio monasterio hasta su muerte. Sólo una vez salió durante unos meses para enseñar en la escuela del arzobispo de York. Bede murió en el año 735 rezando su oración favorita: «Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como en el principio, así ahora y por siempre»
Reflexión
Aunque su Historia es el mayor legado que nos ha dejado Bede, no hay que pasar por alto su trabajo en todas las ciencias, especialmente en las Escrituras. Durante su última cuaresma, Bede trabajó en una traducción del Evangelio de San Juan al inglés, completándola el día de su muerte. Pero de este trabajo «para romper la palabra a los pobres e ignorantes» no queda nada hoy.
San Bede el Venerable es el Patrón de:
Los estudiosos
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