El Hombre de Arena es un ser espiritual mítico originario del folclore europeo. Es un personaje típico de las fábulas infantiles, y se dice que duerme a la gente y trae buenos sueños al espolvorear arena mágica en los ojos de la gente por la noche. La arenilla en los ojos de la gente cuando se despierta del sueño es supuestamente obra del Hombre de Arena.
Representación
El cuento popular Ole Lukøje, de Hans Christian Andersen, de 1841, presenta al Hombre de Arena, llamado Ole Lukøje, relatando los sueños que dio a un niño en una semana mediante su técnica mágica de espolvorear polvo en los ojos de los niños. «Ole» es un nombre danés y «Lukøje» significa «ojo cerrado». Andersen escribió:
E. T. A. Hoffmann (1776-1822) escribió una representación inversa del entrañable personaje en un cuento titulado Der Sandmann, que mostraba lo siniestro que podía llegar a ser un personaje así. Según la enfermera del protagonista, éste echaba arena en los ojos de los niños que no querían dormir, con el resultado de que esos ojos se caían y eran recogidos por el Hombre de Arena, que luego se llevaba los ojos a su nido de hierro en la Luna, y los utilizaba para alimentar a sus hijos. El protagonista de la historia llega a asociar esta criatura de pesadilla con la figura genuinamente siniestra del socio de su padre, Coppelius. En el folclore rumano existe un personaje similar, Mos Ene (Ene el Viejo).