El sueño es un momento increíblemente reparador para nuestros cuerpos. Se producen muchos cambios saludables y transformadores, aunque no seamos conscientes de ello. Muchas de estas transformaciones, como la renovación celular, la reparación de los tejidos y la consolidación de la memoria, pueden atribuirse al nivel de saturación de oxígeno en nuestro cuerpo. Un suministro constante de oxígeno es esencial para estos procesos.
A veces, la salud de nuestro sueño se ve comprometida por la reducción de los niveles de oxígeno. Afortunadamente, hay un montón de herramientas y técnicas disponibles para aumentar los niveles de oxígeno en sangre y maximizar la recuperación durante el sueño.
El papel del oxígeno en cada etapa del sueño
Cuando estamos despiertos, nuestros patrones de respiración varían con frecuencia. Esto se debe a que estamos muy ocupados haciendo otras cosas que afectan a la forma en que tomamos aire. Las actividades normales, como hablar y hacer ejercicio, y otros factores como nuestra postura y nuestras emociones, influyen en nuestra ingesta de oxígeno durante el día.
Durante nuestra vida de vigilia, nuestros patrones de respiración pueden cambiar, pero siempre estamos respirando. Sin embargo, cuando estamos dormidos, puede ser una historia diferente. A medida que hacemos lentamente la transición de estar despiertos a las primeras etapas del sueño, nuestra frecuencia respiratoria se vuelve ligeramente más lenta, muy regular, y hay un ligero descenso de la temperatura corporal.
A medida que pasamos a fases más profundas del sueño, nuestro ritmo cardíaco se ralentiza ligeramente a medida que nuestro cuerpo se relaja más y los patrones de actividad cerebral cambian. Se produce la hormona del crecimiento, que promueve el crecimiento y la reparación de los tejidos. A medida que entramos en la fase REM, los músculos reciben más oxígeno. Nuestra actividad cerebral empieza a aumentar de nuevo, nuestros ojos se mueven rápidamente bajo los párpados y los sueños más vívidos suelen producirse en esta fase. Finalmente, salimos del sueño REM y nos despertamos.
Cuando el oxígeno se interrumpe
En un mundo perfecto, una respiración constante e ininterrumpida durante todo el tiempo que estamos dormidos nos haría despertar sintiéndonos notablemente renovados y con nuestro cuerpo preparado para funcionar a su máxima capacidad. Sin embargo, esto no es una realidad para todos.
Alrededor de 100 millones de personas sólo en Estados Unidos sufren privación de sueño, lo que significa que la cantidad o la calidad del sueño que tienen en una noche determinada no es la adecuada. Se calcula que hasta 45 millones de personas en Estados Unidos -y hasta mil millones en todo el mundo- tienen apnea del sueño, una afección en la que la respiración se detiene periódicamente durante el sueño.
La falta de respiración significa falta de oxígeno, y esto es exactamente lo que ocurre cuando se produce la apnea del sueño.
¿Qué causa que el oxígeno en sangre sea bajo?
Hay una multitud de factores que pueden contribuir a los niveles bajos de oxígeno en sangre.
Además de la apnea del sueño, varias enfermedades y condiciones médicas pueden impedir que el sistema respiratorio proporcione cantidades óptimas de oxígeno al cuerpo. Estas afecciones incluyen la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el enfisema, el asma, la anemia y las enfermedades cardíacas o la insuficiencia cardíaca.
Cómo aumentar sus niveles de oxígeno mientras duerme
Hay muchas maneras de aumentar naturalmente su saturación de oxígeno, y muchas de ellas cuestan poco o nada. Desarrollar buenos hábitos durante el día que promuevan una ingesta saludable de oxígeno a menudo puede prepararle para el éxito cuando es el momento de dormir.
Aquí tienes unas cuantas estrategias para aumentar los niveles de oxígeno en sangre mientras duermes.
1. Practica la respiración profunda
Realizar ejercicios de respiración profunda puede tener un efecto calmante, pero los beneficios van más allá de una mente más relajada: tus niveles de oxígeno en sangre también pueden aumentar. Respirar profundamente también puede aumentar la cantidad de oxígeno en el torrente sanguíneo. Puntos extra por salir al aire libre, lejos de las emisiones de los vehículos.
2. Dormir de lado
La mayoría de las personas respiran mejor cuando duermen de lado en comparación con cualquier otra posición. La razón es sorprendentemente sencilla: la gravedad. Cuando dormimos de espaldas, el peso de nuestro cuerpo puede presionar las vías respiratorias o los pulmones, causando obstrucciones innecesarias. Se sabe desde hace tiempo que dormir de lado protege las vías respiratorias de un colapso no deseado y reduce también los ronquidos.