Autor: Jesús, hijo de Eleazar, hijo de Sirácide
Fecha de redacción: 200-175 a.C.
El Sirácide fue escrito por un escriba judío que vivió a principios del siglo III a.C. Su nombre era Jesús, hijo de Eleazar, hijo de Sirach. A menudo se le llama simplemente «Ben Sira». El libro ha recibido varios títulos diferentes, como «La sabiduría de Jesús Ben Sira» y «Liber Ecclesiasticus» (libro de la Iglesia). Ben Sira escribió en hebreo, pero su nieto tradujo posteriormente el libro al griego. La mayoría de las Biblias incluyen el prefacio del nieto, aunque no sea canónico. El hebreo del Eclesiástico se perdió hace unos mil años, pero a finales del siglo XIX y principios del XX se encontraron fragmentos hebreos del Eclesiástico que comprenden unos dos tercios del libro. El Sirácide es un libro deuterocanónico de literatura sapiencial.
El Sirácide es muy similar a los Proverbios en el sentido de que la mayor parte del material se presenta en breves refranes. Los dichos se agrupan generalmente por temas, por lo que el libro está organizado de forma imprecisa. Ben Sira habla en primera persona y a veces da detalles autobiográficos (34:11; 38-39). En 1:1-42:14, exhorta a sus lectores a buscar la sabiduría y ofrece dichos sobre muchos temas. 42:15-43:35 es un canto de alabanza a Dios Creador, al que sigue una larga sección que honra a los héroes de la historia (44:1-50:29). El libro concluye con un canto de alabanza y agradecimiento (51).
El Sirácide aborda muchos temas relacionados con la vida humana, como el dinero, las relaciones, el culto, los negocios e incluso los modales en la mesa. Su objetivo es ayudar al lector a saber cómo vivir dentro de la alianza, cómo ser fiel a Dios incluso en las cosas pequeñas. Ben Sira tiene mucho que decir sobre la elección de los amigos, sobre cómo afrontar los problemas prácticos de la vida y sobre cómo cuidar las palabras. Al igual que otros autores de la literatura sapiencial, alaba la sabiduría y la personifica como una mujer virtuosa a la que hay que buscar con ahínco (4; 14-15). Gran parte del libro está redactado en términos de un padre que da consejos a su hijo. Algunos estudiosos creen que el libro se utilizaba para formar a los jóvenes judíos para ocupar puestos de liderazgo. Ben Sira escribió en una época en la que la identidad judía estaba amenazada por la amplia influencia de la cultura griega. Su escrito invita a sus contemporáneos a volver a sus raíces espirituales y escriturales.
El lector que se enfrente al Sirach puede sentirse muy frustrado al intentar leerlo demasiado rápido, buscando una intención global. Aunque el libro no está organizado por un argumento central, sí propone una idea radicalmente nueva que reinterpreta los anteriores libros sapienciales. Es decir, identifica la sabiduría con la Ley de Moisés (24:22-27). Esta importante idea configura la forma en que Ben Sira entiende la sabiduría en relación con la historia y el destino de la humanidad. La sabiduría que ofrece no es simplemente un buen consejo, sino que es una explicación de la Ley de Moisés. Al igual que la Ley, el Sirácide alcanza su plenitud en la vida de Jesús.