– En segundo lugar, los responsables políticos deben reconocer que Rusia tiene una estrategia global que integra medios tanto «oficiales» como «no oficiales», estos últimos negables. Kennan caracterizó esto como una política llevada a cabo en «dos planos». Sostuvo que aunque «las acciones tomadas en diferentes planos diferirán considerablemente, encajarán entre sí en cuanto a propósito, tiempo y efecto». La mejor forma de caracterizar esto es la aparente divergencia entre las declaraciones del gobierno ruso, por un lado, y sus acciones, por otro, en Crimea y el este de Ucrania, en Siria y en el ciberespacio. Como afirman los expertos, esto forma parte de una estrategia global elaborada para promover los intereses rusos y socavar los objetivos políticos y estratégicos de los supuestos oponentes. Hoy en día, los expertos en política exterior y defensa llaman a esta estrategia «guerra híbrida» o competencia «entre dominios», y la doctrina militar más reciente de Rusia articula el valor de estas herramientas integrales y flexibles para lograr sus objetivos. Sin embargo, hay pocas novedades. La estática actual de Moscú es un reflejo de la utilizada por el Kremlin durante décadas. Los responsables políticos de Estados Unidos deberían reconocerlo a la hora de elaborar una estrategia eficaz de compromiso con Rusia.
– En tercer lugar, Kennan sostiene que uno de los mejores medios para resolver las diferencias entre Rusia y Occidente es un público informado y comprometido. En el telegrama, se lamenta: «Estoy convencido de que habría mucho menos antisovietismo histérico en nuestro país hoy en día si las realidades de nuestra situación fueran mejor comprendidas por nuestro pueblo». Para ello, Kennan sostiene que el gobierno debe desempeñar un papel principal en la interpretación y explicación del comportamiento ruso al público y a los aliados de Estados Unidos. Esto debe basarse en un análisis sólido fundamentado en el compromiso directo con los rusos (a nivel oficial, a nivel militar entre militares y a nivel de pueblo a pueblo) y comunicado por un Ejecutivo informado.
La gestión de nuestra relación con Moscú es, como describe Kennan, «sin duda la mayor tarea a la que se ha enfrentado nuestra diplomacia y probablemente la mayor a la que tendrá que enfrentarse». Con miles de armas nucleares en nuestros respectivos arsenales y nuestra seguridad mutua en la balanza, trazar una estrategia para Rusia requerirá el mismo valor, ingenio, rigor y cuidado que Kennan prescribió hace 71 años.