Teoría de la dependencia
La teoría de la dependencia se hizo popular en la década de 1960 como respuesta a las investigaciones de Raúl Prebisch. Prebisch descubrió que el aumento de la riqueza de las naciones más ricas parecía producirse a expensas de las más pobres.
En su forma extrema, la teoría de la dependencia se basa en una visión marxista del mundo, que ve la globalización en términos de la expansión del capitalismo de mercado, y la explotación de mano de obra y recursos baratos a cambio de las tecnologías obsoletas del mundo desarrollado. La visión dominante de los teóricos de la dependencia es que existe un sistema capitalista mundial dominante que se basa en una división del trabajo entre los países ricos del «núcleo» y los países pobres de la «periferia». Con el tiempo, los países centrales explotarán su dominio sobre una periferia cada vez más marginada.
La teoría de la dependencia propugnaba un enfoque del desarrollo orientado hacia el interior y un mayor papel del Estado en términos de imposición de barreras al comercio, dificultando la inversión interior y promoviendo la nacionalización de industrias clave.
Aunque sigue siendo una teoría popular en historia y sociología, la teoría de la dependencia ha desaparecido de la corriente principal de la teoría económica desde el colapso del comunismo a principios de los años noventa. Las considerables ineficiencias asociadas a la participación del Estado en la economía y el crecimiento de la corrupción, han quedado dramáticamente expuestas en los países que han seguido esta visión del desarrollo, sobre todo en un pequeño número de economías africanas, entre ellas Zimbabue.