Las variables extrañas son aquellas que producen una asociación entre dos variables que no están relacionadas causalmente. Por ejemplo, si tenemos una asociación entre dos variables (X e Y), y esa asociación se debe a que tanto X como Y están afectadas por una tercera variable (Z), entonces diríamos que la asociación entre X e Y es espuria y que es resultado del efecto de una variable extraña (Z). Por supuesto, Z sería una variable extraña cuando se trata de esa relación en particular, pero puede no serlo para otras relaciones.
Las variables confusas son similares a las variables extrañas, con la diferencia de que están afectando a dos variables que no están espuriamente relacionadas. Por ejemplo, si X e Y están asociadas y también relacionadas causalmente (por ejemplo, si X afecta a Y), la asociación entre X e Y puede reflejar no sólo su conexión causal sino también la influencia de una tercera variable (Z). Así, la asociación entre X e Y puede exagerar el efecto causal de X sobre Y porque la asociación está inflada por el efecto de Z tanto en X como en Y. En este caso, nos referiríamos a Z como una variable de confusión.
No todos los investigadores utilizan estos términos o los utilizan exactamente de la forma en que los hemos definido aquí, pero estos posibles efectos distorsionadores de una tercera variable son reconocidos por todos.