El documental experimental de 1929 de Dziga Vertov, El hombre de la cámara de cine, contiene usos del ángulo holandés, entre otras técnicas innovadoras descubiertas por el propio Vertov.
El ángulo fue ampliamente utilizado para representar la locura, el malestar, el exotismo y la desorientación en el expresionismo alemán. Los montajes de ángulos holandeses suelen estar estructurados de forma que las inclinaciones se oponen horizontalmente en cada plano; por ejemplo, a un plano inclinado a la derecha le seguirá otro inclinado a la izquierda, y así sucesivamente.
En la época clásica de Hollywood, un cineasta que utilizó los ángulos holandeses con frecuencia fue Alfred Hitchcock, cuya carrera inicial incluyó un tiempo en los estudios UFA de Alemania; entre los ejemplos se encuentran Sospecha (1941), Extraños en un tren (1951) y El hombre que sabía demasiado (1956).
La película de 1949 El tercer hombre hace un amplio uso de planos angulares holandeses, para enfatizar la alienación del personaje principal en un entorno extranjero. El director Carol Reed ha dicho que William Wyler le dio un nivel de burbuja después de ver la película, para animarle sardónicamente a utilizar ángulos de rodaje más tradicionales.
Los ángulos holandeses se utilizaron mucho en la satírica serie de televisión de Batman de los años 60 (y en su spin-off cinematográfico de 1966) en la que cada villano tenía su propio ángulo, ya que eran «torcidos».
Los ángulos holandeses son utilizados con frecuencia por los directores de cine con formación en artes visuales, como Tim Burton (en Eduardo Manostijeras y Ed Wood), y Terry Gilliam (en Brasil, El Rey Pescador, 12 Monos, Miedo y Asco en Las Vegas y Tideland) para representar la locura, la desorientación o la psicosis por drogas. En su trilogía de Evil Dead, Sam Raimi utilizó ángulos holandeses para mostrar que un personaje había sido poseído por el mal. En Die Sehnsucht der Veronika Voss (1982), de Rainer Werner Fassbinder, se utiliza un ángulo holandés (dos veces) para transmitir una extraña tensión que unos extraños ejercen sobre el personaje principal.
Power Rangers utilizaba frecuentemente los ángulos holandeses bajo el mando del antiguo coordinador de acrobacias y productor ejecutivo Koichi Sakamoto.
El ángulo holandés es una técnica cinematográfica excesiva que puede ser utilizada en exceso. La película de ciencia ficción Campo de batalla (2000), en particular, fue objeto de fuertes críticas por su uso generalizado del ángulo holandés. En palabras del crítico de cine Roger Ebert, «el director, Roger Christian, ha aprendido de mejores películas que los directores a veces inclinan sus cámaras, pero no ha aprendido por qué».
Los ángulos holandeses se utilizan a menudo en los videojuegos de terror, en particular los que tienen ángulos de cámara estáticos, como las primeras entradas de las franquicias Resident Evil y Silent Hill. Al igual que en el cine, estos ángulos se utilizan para provocar una sensación de inquietud en el jugador.