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Cómo recalentar un pollo asado para conseguir el mejor atajo culinario

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El pollo asado está pensado para ser comido caliente y directamente del recipiente (sin platos, por favor), de pie en la encimera de la cocina. Sin embargo, en esas raras ocasiones en las que las aves de corral sobreviven para ver el interior de su refrigerador, necesita saber cómo recalentar un pollo asado sin robarle su esplendor comprado en la tienda. Siga leyendo para conocer algunos métodos probados que le permitirán disfrutar de una deliciosa comida al día siguiente.

Cómo recalentar el pollo asado en la estufa

Diríjase directamente a la estufa si planea recalentar el pollo asado para utilizarlo en una receta, en lugar de devorarlo directamente del hueso. Este método requiere un tiempo mínimo de cocción pero un poco más de trabajo de preparación. Remángate, así es como se hace:

1. Corta el pollo entero y ponlo en la mesa. Corta el pollo entero en trozos y resérvalo en un bol. Uno por uno, coloque cada pieza de pollo de nuevo en la tabla de cortar y corte la carne del hueso. Desmenuza la carne deshuesada con los dedos, palpando y desechando cualquier cartílago que encuentres. Pon la carne desmenuzada en un bol aparte. (Nota: recomendamos guardar los huesos en el congelador para hacer un caldo de pollo casero.)

2. Coloca una sartén de hierro fundido (o cualquier sartén para saltear) en el fuego y deja que se caliente a fuego medio durante un par de minutos. A continuación, añada una cucharada de aceite de oliva o mantequilla y gire la sartén hasta que la grasa de la cocción se haya distribuido uniformemente.

3. Coloque el pollo desmenuzado en la sartén y remuévalo con frecuencia durante dos minutos, o hasta que la carne esté recubierta y empiece a calentarse.

4. Añada una o dos tazas de caldo de pollo o agua y las especias adicionales que desee incluir. Reduzca el fuego a medio-bajo. Tenga en cuenta que la cantidad de líquido dependerá de la cantidad de carne que haya dado el ave; empiece con una taza y añada más gradualmente cuando note que el líquido se evapora para evitar que la cena se seque en exceso.

5. Reduce el fuego a medio-bajo y deja que el pollo desmenuzado se cocine a fuego lento en el líquido de cocción durante 10 minutos. El pollo está hecho cuando la carne alcanza una textura tierna y tiene una temperatura interna de 165°F.

6. Su festín asado está ahora listo para ser usado en… casi cualquier cosa. Pero eche un vistazo a nuestras ideas de recetas a continuación para obtener un poco de inspiración a la hora de comer.

Cómo recalentar el pollo asado en el horno

Utilizar el horno para recalentar el pollo asado lleva un poco más de tiempo, pero su paciencia será recompensada con un ave húmeda y jugosa. Este método también cuenta con la ventaja de producir una piel perfectamente crujiente, para que el pollo esté aún mejor que cuando lo trajiste a casa de la tienda (porque la piel crujiente lo es todo).

1. Precalienta el horno a 350 °F y deja que el pollo repose en la encimera mientras esperas. Si quitas el frío antes de recalentarlo, el tiempo de cocción se reduce (es decir, puedes llegar antes a la parte de comer).

2. Cuando tanto el horno como el ave estén listos, coloca el pollo en una fuente de asar o cazuela de lados altos y añade una taza de líquido. Lo mejor es el caldo de pollo, pero si no tiene ninguno a mano, el agua funcionará perfectamente. Asegúrese de raspar los jugos y la grasa del recipiente original (especialmente si utiliza agua).

3. Cubra bien la fuente de cocción con una doble capa de papel de aluminio para que no se escape el vapor y el pollo conserve su humedad. Introduzca la fuente tapada en el horno precalentado y cocine el ave entera durante unos 25 minutos. (Menos tiempo si ya te has comido un bocadillo de pollo asado.)

4. Una vez que el pollo haya alcanzado una temperatura interna de 165°F, sácalo del horno y retira el papel de aluminio.

5. Ahora es el momento de conseguir esa codiciada piel crujiente: Sube el horno a la posición de asado y coloca el pollo bajo la parrilla. Asegúrate de vigilar a tu ave porque la magia ocurre rápidamente. Te sugerimos que lo compruebes cada 15 segundos. Cuando la piel esté dorada y crujiente al tacto, es hora de comer tu cena de pollo.

Cómo recalentar el pollo asado en el microondas

Estabas listo para ir a la ciudad con ese pollo como… ayer. Si no puedes resistirte durante 25 minutos completos, el microondas te llevará a donde quieres en mucho menos tiempo. Dicho esto, el microondas es conocido por eliminar la textura tierna y el sabor jugoso de los alimentos, así que proceda con precaución y recaliente sólo porciones individuales para obtener los mejores resultados.

1. Corta el pollo en pedazos: Corta el pollo entero en las partes que lo componen y decide cuál es tu menú. Para recalentar en el microondas, los muslos y los muslos son la mejor opción, porque la carne oscura no se seca tan fácilmente. (Además, la piel de esa pechuga está básicamente pidiendo una cita con la parrilla.)

3. Humedezca una toalla de papel con agua por cada trozo de pollo que piense consumir y envuelva los trozos individualmente en sus mantas húmedas.

4. Coloque los trozos de pollo en el microondas y caliéntelos a fuego medio en intervalos de 30 segundos, comprobando la temperatura después de cada medio minuto.

5. Recuerda: El pollo ya está cocinado, así que no tienes que preocuparte por la seguridad alimentaria en el recalentamiento (siempre que la carne se haya manipulado de forma segura, claro). Así que si te gusta tibio o bien caliente es simplemente una cuestión de preferencia personal. Cuando haya llegado a su punto óptimo, disfrute del botín.

Mi pollo asado está listo… ¿y ahora qué?

Su festín de asado está listo pero su rotación actual de recetas de pollo se ha vuelto algo rancia. ¿Por qué no se salta el puré de patatas y prueba algo más exótico, como este reconfortante plato de ramen de pollo asado? O bien, dale sabor a los martes de tacos con una receta de tacos de tinga de pollo. Por último, si te apetece la decadencia de un plato de risotto, pero no quieres que tus bíceps sufran la paliza, echa un vistazo a este risotto de pollo y champiñones al horno para obtener el máximo rendimiento con el mínimo esfuerzo. Las posibilidades son infinitas… y su proteína es la perfección.

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