Lo primero que debemos hacer para poder entender a la perfección el significado del término bondad es que llevemos a cabo el establecimiento de su origen etimológico y este debemos subrayar que se encuentra en el latín. Así, más exactamente podemos ver que emana del vocablo bonitas que es fruto de la suma del término bonus, que se puede traducir como «bueno”, y del sufijo –tat que equivale a «cualidad”.
Bondad es la cualidad de bueno, un adjetivo que hace referencia a lo útil, agradable, apetecible, gustoso o divertido. Una persona con bondad, por lo tanto, tiene una inclinación natural a hacer el bien.
En este sentido se considera que una persona tiene la cualidad de la bondad cuando siempre se mantiene dispuesta a ayudar a quien lo necesita, cuando se muestra compasiva con las personas que se encuentran sufriendo por distintas circunstancias y también cuando mantiene una actitud amable y generosa hacia los demás.
De esta manera, también podemos exponer que quien carece de bondad es aquel que es mezquino, egoísta, ve al resto de personas como enemigos, es desconfiado, rencoroso, insensible y se decanta más por el odio que por fomentar la amistad.
La filosofía entiende al bien como el valor que se le otorga a la acción de una persona. El bien fomenta lo deseable a partir de la empatía (la capacidad de sentir lo que otro individuo puede sentir).
El concepto de bien es tautológico, ya que algo bueno es lo que está bien. Por eso su definición resulta redundante. La bondad es la capacidad para hacer o reflejar el bien. Por ejemplo: «Gracias a la bondad de Isabel, los niños tienen ropa nueva”, «Las bondades de este producto son muchas”.
Cabe destacar que el bien necesita a su opuesto, el mal, para ser apreciado. De esta forma, si donar la ropa que ya no utilizamos está bien, es porque está mal tirar ropa cuando alguien no tiene con qué vestirse.
A lo largo de la historia, podría decirse que algunas personas lograron personificar a la bondad. Ese es el caso de la Madre Teresa de Calcuta, quien obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1979 y fue beatificada por el Papa Juan Pablo II en 2003 gracias a sus acciones a favor de los pobres en la India.
Además de estos dos personajes históricos tampoco podemos pasar por alto a otros que igualmente se pueden catalogar como bondadosos. Este sería el caso, por ejemplo, de Mahatma Gandhi que fue un pensador y un político indio que realizó todo tipo de acciones y manifestaciones pacíficas con el claro objetivo de conseguir una sociedad más justa e igualitaria en su país, el desarrollo de las zonas rurales y una absoluta tolerancia entre las distintas creencias e ideas.
Martin Luther King, San Francisco de Asís o el Dalai Lama son otros de los personajes históricos que se han caracterizado por su bondad.
La noción de bondad, por otra parte, también permite establecer una fórmula de cortesía para referirse a la amabilidad de una persona respecto a otra: «Si tiene usted la bondad de acercarse, podré mostrarle los papeles”.