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Desgarros del tendón rotuliano en atletas

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La rodilla es una de las articulaciones más complejas del cuerpo, compuesta por músculos, tendones, ligamentos y cartílagos que trabajan juntos para proporcionar estabilidad, apoyo y movimiento. No es de extrañar que la rodilla sea susceptible de sufrir lesiones debido a las numerosas funciones que desempeña.

Si eres un atleta, sobre todo cuando se trata de baloncesto y voleibol, confías en los complejos componentes de la rodilla para que te ayuden a saltar, cortar y realizar movimientos rápidos y repentinos. Es entonces cuando los tendones rotulianos cumplen una función vital.

La parte inferior de la rótula, o patela, y la parte superior de la espinilla están unidas por el tendón rotuliano. Estos fuertes tejidos fibrosos ayudan a los músculos del cuádriceps a extender la rodilla y enderezar la pierna. Cuando se aterriza con fuerza tras un salto o cuando la parte delantera de la rodilla sufre un fuerte impacto, los tendones rotulianos corren un mayor riesgo de romperse.

¿Qué es un desgarro del tendón rotuliano?

Los desgarros del tendón rotuliano pueden ser parciales o completos. Los desgarros parciales más pequeños, que implican que el tendón se desprenda de la rótula aunque siga unido, no suelen requerir cirugía. Dependiendo de la gravedad, uno de nuestros médicos puede sugerir la inmovilización de la rodilla o el uso de una férula, combinado con reposo y fisioterapia.

Los desgarros completos son más graves y más dolorosos. Si el tendón rotuliano se ha separado de la rótula, se considera un desgarro completo y le impedirá extender completamente la rodilla.

¿Qué causa un desgarro del tendón rotuliano?

En las personas activas, los desgarros del tendón rotuliano suelen ser causados por una lesión como un aterrizaje brusco de un salto o el impacto de una caída. También pueden ocurrir si el individuo ya sufre de debilidad en el tendón, o tendinitis rotuliana.

¿Cuáles son los síntomas?

Experimentar una sensación de desgarro o chasquido es un síntoma común de un desgarro del tendón rotuliano. Después de que se produzca el desgarro, es posible que no pueda enderezar la rodilla y tenga dificultades para caminar. El dolor, la hinchazón, los hematomas, la sensibilidad y los calambres también son habituales tras un desgarro. Muchos notan una marca o hendidura en el lugar de la lesión, y pueden experimentar inestabilidad de la rótula.

Opciones de tratamiento

Como se ha mencionado anteriormente, dependiendo del daño, los desgarros parciales del tendón rotuliano pueden ser tratados sin cirugía. Sin embargo, aquellos que sufren desgarros completos requieren cirugía, preferiblemente lo más rápido posible. Cuando el desgarro completo se trata de manera oportuna, el cirujano es capaz de restaurar la función de manera más eficaz y evitar el acortamiento del tendón y la cicatrización.

La mayoría de los reimplantes de tendón se realizan como procedimientos de hospitalización, sin embargo, algunos pueden realizarse como procedimientos ambulatorios. Después de administrar la anestesia, un procedimiento común consiste en que el cirujano vuelva a unir el tendón suturándolo a través de los agujeros perforados en la rótula, y atando las suturas en la parte superior de la rótula.

Después de la cirugía, se puede utilizar una combinación de inmovilizador de rodilla, muletas o andador para evitar que ponga demasiado peso en la rodilla reparada. Dependiendo de su proceso de rehabilitación, podrá soportar totalmente su peso en un plazo de cuatro a seis semanas. Se establecerá un plan de fisioterapia basado en sus necesidades y en el alcance de la lesión una vez que haya alcanzado esa marca de cuatro a seis semanas.

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