Las lentes de contacto y el agua no son compatibles. Ducharse con las lentes de contacto es cómodo, pero te pone en riesgo de desarrollar una infección ocular grave.
Puede que conozcas a alguien que insiste en que siempre se ha duchado con las lentillas puestas y nunca ha tenido ningún problema. Pero el dolor ocular severo, la discapacidad visual o incluso la ceguera son un precio demasiado alto para ahorrar unos minutos en su rutina matutina. Esta es la verdad sobre por qué nunca debes ducharte con las lentillas puestas.
Por qué las lentillas y el agua no son compatibles
Los optometristas recomiendan encarecidamente quitarse las lentillas antes de ducharse. El riesgo de desarrollar una infección ocular grave es demasiado real.
El agua contiene todo tipo de gérmenes, tanto bacterianos como víricos, que no suelen causarnos ningún daño. En los países desarrollados, el agua del grifo se desinfecta de gérmenes peligrosos antes de que llegue a su casa. Los proveedores utilizan métodos de tratamiento del agua como la tecnología UV, la tecnología de ozono y una buena dosis de cloro.
Sin embargo, el agua del grifo aún puede contener acanthamoeba. La acanthamoeba es un organismo que vive en las fuentes de agua naturales, como los lagos, los ríos y el mar, y en el agua del grifo. Si la acanthamoeba entra en tu ojo mientras llevas lentes de contacto, corres el riesgo de contraer queratitis por acanthamoeba.
¿Qué es la queratitis por acanthamoeba?
Es posible que hayas oído hablar de la queratitis por acanthamoeba antes. Eso es porque es el hombre del saco de las infecciones oculares, muy rara pero muy grave.
Según los CDC hay entre 1 y 21 infecciones de queratitis por acanthamoeba por cada millón de usuarios de lentes de contacto. El número difiere según la localización geográfica.
La queratitis por acanthamoeba es extremadamente dolorosa y difícil de tratar. Una vez en el ojo, la acanthamoeba libera proteínas que disuelven la córnea. Esto permite que el organismo entre en la córnea y comience a consumir las células corneales. Los primeros síntomas son enrojecimiento, visión borrosa, sensación de arenilla en el ojo y lagrimeo excesivo. Las peores infecciones de queratitis por acanthamoeba pueden provocar ceguera.
Ducharse con las lentes de contacto aumenta el riesgo de infección porque la lente puede atrapar la acanthamoeba en el ojo. La FDA y la AOA recomiendan no exponer las lentes de contacto a ningún tipo de agua para evitar contraer esta terrible infección.
Otros problemas de ducharse con las lentes de contacto
- Las lentes de contacto son como esponjas. Cuando se exponen al agua, las lentes de contacto absorben las partículas de agua y se hinchan. El agua de la ducha puede contener una variedad de irritantes químicos, ambientales y bacterianos. Cualquiera de estos irritantes podría causar una infección ocular si entra en contacto con la delicada superficie del ojo.
- Las duchas calientes y con vapor pueden hacer que las lentes de contacto se sequen y se encojan. Esto a veces hace que la lente se adhiera a la superficie del ojo. Aunque esto es doloroso, es importante no quitarse la lente hasta que haya hidratado el ojo. Lubrica el ojo con gotas de suero fisiológico e intenta que la lente se suelte con un parpadeo. Aun así, una lente atascada puede arañar la córnea, lo que facilita que los gérmenes entren en el ojo y causen una infección.
- Todos hemos experimentado la incómoda sensación de que nos entre jabón en el ojo. Normalmente, esto no es un gran problema, ya que nuestros ojos pueden expulsar el jabón sin demasiados problemas. Pero, si llevas lentes de contacto es un poco más complicado. Puedes contaminar tus lentillas si te cae jabón, champú o cualquier otro producto de ducha en ellas. Para evitar una mayor irritación de los ojos, debes quitarte las lentillas lo antes posible. A continuación, debes desinfectarlas durante la noche en un estuche limpio lleno de solución fresca para lentes de contacto.
La forma más fácil de evitar ducharse con las lentillas
El 99% de los usuarios de lentes de contacto en Estados Unidos practican una mala higiene de las mismas. Este comportamiento conlleva un mayor riesgo de infección ocular. Ducharse con las lentes de contacto es uno de estos comportamientos de riesgo. Así que, ¿cómo puedes acabar con este mal hábito?
La forma más sencilla es hacer el cambio a las desechables diarias y tener un par de gafas a mano. Cada par de lentes de contacto desechables diarias está empaquetado individualmente. Si te duchas por la mañana antes de ponerte las lentes de contacto, no hay ningún problema.
Pero, si quieres ducharte en otro momento del día, después de hacer ejercicio o al llegar a casa del trabajo, las desechables diarias son la opción más cómoda. Puedes quitarte las lentillas que llevas puestas y deshacerte de ellas. No es necesario limpiar las lentes con solución para lentes de contacto. Sólo tienes que ponerte un par de lentillas nuevas una vez que te hayas duchado. O, para evitar usar más de un par de lentillas cada día, usa tus gafas durante el resto de la noche.
Los profesionales del cuidado de la vista recomiendan las lentes de contacto desechables diarias porque no requieren ninguna limpieza. Esto significa que hay menos posibilidades de contraer infecciones evitables relacionadas con una mala higiene de las lentes.
¿Puede hacer una excepción con las lentes de uso prolongado?
Algunas personas prefieren las lentes de uso prolongado. Algunas lentes de contacto, como las Air Optix Night & Day y las Bausch ULTRA están aprobadas por la FDA para su uso nocturno o continuo. Estas lentillas de uso prolongado pueden llevarse de una a seis noches seguidas o hasta 30 días. Fabricadas con un plástico flexible que permite el paso del oxígeno a la córnea, las lentillas de uso prolongado, son, en teoría, seguras para llevarlas de forma continuada.
Pero, ¿las lentillas de uso prolongado se pueden llevar también en la ducha? El hecho de que estas lentillas se comercialicen como súper cómodas por poder llevarlas continuamente sugiere que sí. Sin embargo, el riesgo de contraer una peligrosa infección ocular por las bacterias presentes en el agua de la ducha es el mismo para todos los tipos de lentes de contacto. La mayoría de los profesionales del cuidado de los ojos están de acuerdo en que siempre hay que quitarse las lentes de contacto antes de ducharse.
¡Juega con seguridad y evita ducharte con lentes de contacto!