La esclerosis múltiple (EM) es considerada por muchos investigadores médicos como una enfermedad autoinmune, que es cuando el sistema inmunológico del cuerpo se vuelve contra sus propios tejidos. Hay una serie de enfermedades que entran en esta categoría, como el lupus, la artritis reumatoide, la psoriasis y la enfermedad de Crohn.
En la EM, el sistema inmunitario ataca el revestimiento graso de mielina que rodea y aísla a las células nerviosas (un proceso llamado desmielinización), lo que provoca lesiones. También se dañan los oligodendrocitos, que son células productoras de mielina, y las fibras nerviosas.
Padecer otra enfermedad autoinmune también puede ser un factor de riesgo ligeramente mayor para desarrollar EM.
Enfermedad tiroidea
La EM se ha asociado con la enfermedad tiroidea, aunque sólo hay unos pocos estudios al respecto. Se ha informado de que la enfermedad tiroidea se desarrolla como consecuencia de las terapias de EM con interferón beta y Lemtrada (alemtuzumab), lo que representa una preocupación debido a la inducción de enfermedades autoinmunes.
Los investigadores han descubierto que el tratamiento con la hormona tiroidea aumenta el reemplazo de mielina en ratas con una enfermedad desmielinizante crónica, lo que sugiere que la hormona tiroidea es necesaria para el desarrollo normal de las células precursoras que se convierten en células productoras de mielina. Antes de este estudio, los investigadores habían constatado que la hormona tiroidea promueve la remielinización durante las primeras fases de la enfermedad.
Diabetes tipo 1
Los niños y adolescentes con diabetes tipo 1 pueden tener un mayor riesgo de desarrollar EM porque ambas enfermedades pueden compartir factores de riesgo genéticos comunes, aunque los factores ambientales, como la baja exposición al sol y los bajos niveles de vitamina D, también pueden aumentar este riesgo.
Enfermedad del intestino irritable
La enfermedad del intestino irritable (EII) se caracteriza por una inflamación crónica del tracto gastrointestinal, que conduce a la alteración del revestimiento intestinal, lo que suele denominarse «intestino permeable».» Esta alteración del revestimiento intestinal puede permitir que los antígenos luminales activen de forma anormal la respuesta inmunitaria del huésped, lo que conduce a una respuesta autoinmunitaria sistémica. Un estudio de Suecia informó de que la alteración del revestimiento intestinal favorece la encefalomielitis autoinmune experimental, el modelo de ratón prototípico de la EM humana.
Observaciones recientes sugieren una asociación entre la EM y la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), con una mayor incidencia de la enfermedad de Crohn (EC) y la colitis ulcerosa (CU), los dos tipos más comunes de EII entre los pacientes con EM.
Síndrome del intestino irritable
El síndrome del intestino irritable (SII) también se presenta con más frecuencia de lo esperado en personas con EM en comparación con la población general. Aunque no se considera una enfermedad autoinmune, sino un trastorno funcional del sistema digestivo, las personas con SII han estado informando de alteraciones inmunológicas que son consistentes con una activación crónica pero de baja intensidad del sistema inmune. También puede ser un síndrome asociado al estrés.
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