Sebastian Burns y Atif Rafay fueron condenados por un triple asesinato en el estado de Washington. Los dos adolescentes nacidos en Canadá golpearon mortalmente al padre, la madre y la hermana de Rafay. El crimen estuvo sin resolver durante bastante tiempo hasta que el ADN vinculó a los dos asesinos adolescentes con el triple asesinato. Los dos fueron declarados culpables en el juicio y condenados a cadena perpetua, sin embargo, sigue habiendo muchas dudas sobre si su confesión fue coaccionada y si son culpables o no de este brutal crimen
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Sebastian Burns y Atif Rafay Otras noticias
Un adolescente convence a su mejor amigo para que asesine a su familia sin embargo años después aún persisten las preguntas sobre el caso
Según documentos judiciales Atif Rafay y Sebastian Burns eran amigos desde años antes de que ocurrieran los asesinatos. Atif y su familia se trasladaron al estado de Washington pero mantuvieron un estrecho contacto con Sebastien.
El 12 de julio de 1994 los dos adolescentes se dirigieron a la casa de los Rafay y Sebastien Burns asesinaría a toda la familia con un bate de béisbol incluyendo al padre, la madre y la hermana autista de 20 años de Rafay. Atif debía participar en los asesinatos pero perdió los nervios una vez que entraron en la casa
Según los fiscales el objetivo de los triples asesinatos era la póliza de seguro de medio millón y el dinero que se obtendría de la venta de la casa de la familia casa familiar
Atif Rafay y Sebastian Burns fueron detenidos e interrogados durante tres días antes de ser liberados
Tras el interrogatorio Atif Rafay y Sebastian Burns huyeron a la Columbia Británica de Canadá, donde Burns aún vivía. La RCMP, la Real Policía Montada de Canadá, que cooperaba con la policía del otro lado de la frontera, montaría una operación en la que un agente de policía encubierto se haría pasar por un jefe criminal que intentaría que ambos confesaran los triples asesinatos.
Casi nueve meses después de los asesinatos aparecieron nuevas pruebas de ADN que, según la policía, vinculaban a ambos con los asesinatos. Atif Rafay y Sebastian Burns confesarían un asesinato para evitar la pena de muerte sin embargo muchos creen que fue una confesión falsa.
En el juicio Atif Rafay y Sebastian Burns fueron declarados culpables de los triples asesinatos y condenados a noventa y nueve años de prisión. Pasó mucho tiempo antes de que los dos fueran a juicio, ya que tuvieron que ser extraditados desde Canadá, que tiene una política de no extraditar si la pena de muerte era un posible castigo. Finalmente, el fiscal del caso prometió a las autoridades canadienses que no se aplicaría la pena de muerte.
Desde el juicio, los dos han intentado en repetidas ocasiones volver a los tribunales para conseguir la anulación de su condena, ya que se han aferrado a su inocencia.
Atif Rafay aprovecha su tiempo en prisión para ayudar a otros presos a obtener su título de secundaria. Tras pasar años en régimen de aislamiento, Sebastian Burns ha sufrido graves problemas de salud mental