Visión general del paso 11
Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con Dios tal y como lo entendemos, pidiendo únicamente el conocimiento de su voluntad para nosotros y el poder para llevarla a cabo.
El paso 11 no es sólo un paso de mantenimiento, sino un paso enraizado en el crecimiento. Al practicarlo diariamente, nos permitimos estar más conectados con nuestro Poder Superior, y a su vez estar más en sintonía con Su plan para nuestras vidas. Habiendo practicado a fondo cada uno de los pasos anteriores, ahora comenzamos a crecer en nuestra espiritualidad.
Para muchos de nosotros, la oración y la meditación no son cosas que utilizamos activamente en nuestros días de adicción activa, fuera de las oraciones ocasionales de «trinchera». Ya sabes las que: «Dios, si me sacas de esta situación, no volveré a hacer esto», o «Dios, si me haces pasar esta resaca, no volveré a beber». Para la mayoría de nosotros, estas oraciones nunca tuvieron un significado real. Si teníamos la suerte de superar la situación mencionada, no tardábamos en encontrarnos de nuevo en la misma situación. Para aquellos de nosotros que nunca utilizamos la oración en nuestra vida diaria, nos quedamos preguntando en este punto cómo orar genuinamente, y nuestra literatura nos proporciona una oración del paso 11 para empezar.
Oración del paso 11
«¡Señor, hazme un instrumento de tu paz! Que donde haya odio, pueda llevar amor. Para que donde haya maldad, lleve el espíritu del perdón. Para que donde haya discordia, lleve la armonía. Para que donde haya error, lleve la verdad. Para que donde haya duda, lleve la fe. Para que donde haya desesperación, lleve la esperanza. Para que donde haya sombras, yo lleve la luz. Para que donde haya tristeza, lleve alegría. Señor, haz que busque más consolar que ser consolado. Comprender, que ser comprendido. Amar, que ser amado. Porque es olvidándose de sí mismo como se encuentra. Es perdonando como se es perdonado. Es muriendo que uno despierta a la vida eterna. Amén.»
Esta oración actúa como una gran guía de cómo podemos empezar a fortalecer nuestro contacto con nuestro Poder Superior. No importa quién o qué hayamos decidido que es nuestro Poder Superior, la oración sugiere que deseemos saber cómo podemos servir mejor a nuestros semejantes. Esta oración pide que se nos muestre cómo podemos marcar la diferencia en el mundo; un mundo en el que, durante nuestra adicción activa, muchos de nosotros rara vez pensamos. Pedimos que se nos guíe para salir de nosotros mismos y estar ahí para los demás.
En esta etapa de nuestra recuperación, ya no buscamos respuestas a preguntas egoístas. Preguntas como «cómo puedo conseguir (inserte la cosa aquí) para sentirme mejor» comienzan a disminuir. Ahora nos preguntamos qué podemos hacer para mejorar la vida de los que nos rodean como servicio a nuestros semejantes. A medida que empezamos a fortalecer el contacto con nuestro Poder Superior, nuestro verdadero ser se revela lentamente.