El 23 de diciembre de 2004, las cerezas podrían formar parte algún día del tratamiento de la diabetes. Las versiones dulce y ácida de esta fruta contienen sustancias químicas que potencian la insulina, lo que ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre.
Las sustancias químicas se denominan antocianinas. Están presentes de forma natural en las cerezas, lo que les da su color rojo brillante. Las antocianinas también tiñen otras frutas, verduras y flores de rojos, azules y morados brillantes. Las frutas que contienen estas sustancias químicas han demostrado ser prometedoras para reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.
Lo mismo podría ocurrir con la diabetes. Investigadores de la Universidad Estatal de Michigan aislaron recientemente varias antocianinas de las cerezas y las probaron en células pancreáticas productoras de insulina tomadas de roedores.
Las células aumentaron su producción de insulina en un 50% cuando fueron expuestas a las antocianinas. En un caso, la producción de insulina casi se duplicó cuando se expuso a la antocianina más activa.
Esto es prometedor, pero las antocianinas deben probarse en animales y humanos antes de recomendarse para el tratamiento de la diabetes. «Estamos entusiasmados con los resultados de laboratorio hasta ahora, pero se necesitan más estudios», dice el investigador Muralee Nair, PhD, en un comunicado de prensa.