¿Cómo se minimiza el sesgo cuando se lleva a cabo una investigación?
El sesgo existe en todos los diseños de estudio, y aunque los investigadores deben intentar minimizarlo, el esbozar las posibles fuentes de sesgo permite una mayor evaluación crítica de los resultados y conclusiones de la investigación. Los investigadores aportan a cada estudio sus experiencias, ideas, prejuicios y filosofías personales, que si se tienen en cuenta antes del estudio, aumentan la transparencia del posible sesgo de la investigación. Explicar claramente la justificación y la elección de un diseño de investigación adecuado para cumplir los objetivos del estudio puede reducir los escollos comunes en relación con la parcialidad. Los comités de ética tienen un papel importante a la hora de considerar si el diseño de la investigación y los enfoques metodológicos son tendenciosos y adecuados para abordar el problema que se explora. Los comentarios de los compañeros, los organismos de financiación y los comités de ética son una parte esencial del diseño de los estudios de investigación, y a menudo proporcionan una valiosa orientación práctica para desarrollar una investigación sólida.
En los estudios cuantitativos, el sesgo de selección suele reducirse mediante la selección aleatoria de los participantes y, en el caso de los ensayos clínicos, la asignación aleatoria de los participantes a los grupos de comparación. Sin embargo, no tener en cuenta a los participantes que se retiran del estudio o se pierden durante el seguimiento puede dar lugar a un sesgo de la muestra o cambiar las características de los participantes en los grupos de comparación.7 En la investigación cualitativa, el muestreo intencionado tiene ventajas en comparación con el muestreo de conveniencia, ya que el sesgo se reduce porque la muestra se refina constantemente para cumplir los objetivos del estudio. El cierre prematuro de la selección de participantes antes de completar el análisis puede amenazar la validez de un estudio cualitativo. Esto puede superarse si se continúa reclutando nuevos participantes en el estudio durante el análisis de los datos hasta que no surja nueva información, lo que se conoce como saturación de datos.8
En los estudios cuantitativos, contar con un protocolo de investigación bien diseñado que describa explícitamente la recogida y el análisis de los datos puede ayudar a reducir el sesgo. A menudo se realizan estudios de viabilidad para perfeccionar los protocolos y procedimientos. El sesgo puede reducirse maximizando el seguimiento y, cuando proceda, en los ensayos de control aleatorio el análisis debe basarse en el principio de intención de tratar, una estrategia que evalúa la eficacia clínica porque no todo el mundo cumple el tratamiento y el tratamiento que reciben las personas puede cambiarse en función de su respuesta. La investigación cualitativa ha sido criticada por la falta de transparencia en relación con los procesos analíticos empleados.4 Los investigadores cualitativos deben demostrar rigor, asociado a la apertura, la relevancia para la práctica y la congruencia del enfoque metodológico. Aunque otros investigadores puedan interpretar los datos de forma diferente, apreciar y comprender cómo se desarrollaron los temas es una parte esencial para demostrar la solidez de los resultados. La reducción del sesgo puede incluir la validación de los encuestados, las comparaciones constantes entre los relatos de los participantes, la representación de los casos desviados y los valores atípicos, la participación prolongada o la observación persistente de los participantes, el análisis independiente de los datos por parte de otros investigadores y la triangulación.4
En resumen, minimizar el sesgo es una consideración clave a la hora de diseñar y emprender la investigación. Los investigadores tienen el deber ético de señalar las limitaciones de los estudios y dar cuenta de las posibles fuentes de sesgo. Esto permitirá a los profesionales de la salud y a los responsables políticos evaluar y examinar los resultados de los estudios, y tenerlos en cuenta al aplicar los resultados a la práctica o a la política.